Del 10.8% de delitos que sí se denunciaron, sólo se abrieron carpetas de investigación ante MP en el 63.9% de los casos. Ahora bien, de los delitos denunciados y de los cuales se iniciaron carpetas de investigación por parte del MP, en 51.1% no pasó nada o no se continuó con la investigación; solamente el 4.9% de los delincuentes se pone a disposición de un juez, el 8% recupera sus bienes y solamente el 3% hay reparación de los daños ocasionados.
Esto significa que muy pocos delitos se denuncian y sólo en poco más de la mitad de ellos el MP abre carpetas de investigación. Adicionalmente, de esos en los que se abrió carpeta de investigación en más de la mitad no se resuelve el asunto. Esto genera varios problemas: impunidad (es decir, que no haya sanciones para los delincuentes), desconfianza en el MP, reticencia a la denuncia (es decir que la gente no denuncie porque ¿para qué?), y un incremento en la corrupción.
Al respecto, la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG 2019), que mide, entre otras cosas, la “Tasa de Prevalencia de corrupción” que refiere al número de víctimas de actos de corrupción; y la “Tasa de Incidencia de corrupción”, que mide el número de actos de corrupción, señala que a pesar de que el trámite ante el MP es de baja frecuencia, es decir, que se realiza de manera esporádica en un año, se encuentra entre los 5 trámites con mayor porcentaje de experiencias de corrupción.